VUELA

Al principio fue un poco difícil tratar de ordenar las ideas, tratar de acomodar palabras para que se pudiera leer de la mejor manera, pero después de tanto pensar me di cuenta que la mejor manera de conectar con las personas a las que va dirigido esto, es contarles exactamente como lo viví, sin cambiar nada.

Cada persona tiene diferentes sueños o diferentes metas, sin embargo, hay dos cosas que unen a la mayoría de ellas: el deseo de volar y de conocer el mar; cuando conocí el mar fue increíble y cuando volé por primera vez en avión creí haberlo sentido todo, sentí que había cumplido 2 de mis sueños.

Es increíble llegar a pensar que en lo anterior me mentí y le mentí a usted que mientras leía esto se empezaba a crear esas escenas en su mente como si las hubiera vivido en persona, no mentí al decir que si había volado. Mentí al decir que cuando me monté en un avión creí haberlo sentido todo.

¿Saben cuándo me di cuenta de eso?…Cuando sentí el poder de esa máquina por primera vez, ese hermoso sonido de encendido del helicóptero Bell 206 L3 me alteró el corazón mientras me secaba el sudor de las manos en mi pantalón, debido a los nervios que sentía, nervios de que quizás esta aventura me iba a cambiar la idea que siempre tuve de volar y realmente fue eso lo que sucedió. Cuando estaba dentro del helicóptero dispuesto a iniciar la operación de mi primer puente aéreo, mi mente se bloqueó por completo quedando con un solo pensamiento. ¨Lo logre¨ dije en voz alta mientras el capitán hacia elevar mis pies del suelo y me preguntaba ¿Que lograste? – Recuerdo que mientras él maniobraba la aeronave, lo mire y con una voz entrecortada pero no de tristeza le conteste ¨Volar.. lo que sentí antes no se compara con lo que siento ahora¨.

Mientras que sobrevolábamos parte de la ciudad de Medellín con rumbo al Aeropuerto Internacional José María Córdova la sonrisa en mi rostro era permanente y aunque no paraba de sonreír tampoco dejaba de agradecerle a Don Diego y a Doña Cristina (gerentes de la compañía) por darme la oportunidad de vivir esta experiencia que me va a durar toda la vida, tenía claro que me habían confiado para ir a cumplir una gran labor, y aunque teniendo en cuenta que el vuelo era laboral, supe diferenciar lo que quería sentir de lo que debía ir a cumplir, fue en ese momento cuando empecé a sentir y a ver los autos transitar por las vías como si fueran de juguete, autos que me hacían recordar cuando de niño los sacaba todos, escuchar claramente la orden de mi madre ¨si no lo ordenas no los vuelves a sacar¨, el tránsito aéreo, que en ocasiones se puede visualizar también, hacia llegar a mi mente el momento cuando completaba mi desorden de juguetes con aviones y helicópteros, me sentí como un niño nuevamente cuando llegaron a mi mente recuerdos tan lindos.

Cuando aterrizamos en el Aeropuerto de Rionegro veía esos gigantescos aviones a nuestro lado y aunque suene loco, me sentía más grande que ellos porque es increíble pensar que sin importar el gran tamaño de diferencia que existía entre las aeronaves, ahí estaba la manchita negra, un helicóptero que se perdía entre dos Airbus 320 pero que generaba en mí, un verdadero sentimiento de volar y entendí entonces que los pequeños detalles generan grandes sentimientos.

Si te gusto este contenido, compártelo con tus amigos.

Facebook
WhatsApp
Twitter
Email